
A sus 28 años, el otrora animador de bares, evita esos vaivenes nocturnos, aunque extraña la radio y la televisión, situación que podría acabarse con algunas propuestas para octubre de este año.
-¿Cómo llegó este paso con Dios?
-Primero fue la hernia en la ingle, luego me salvaron la vista con el problema en las córneas y finalmente, estuve en una etapa de angustia y estrés que me llevaron a replantearme la vida. Todo eso fue sumando para llegar a esta maravillosa conexión espiritual con Dios.
-¿Quiénes fueron claves para ese cambio?
-¿Quiénes fueron claves para ese cambio?
-Mi familia fue mi soporte, peroe sta vez me encontré a Mauricio Montero, esposo de Nicole (Aldana) y él me comentó que pasaban un buen momento espiritual, especialmente por que desde hacia dos años iban al tempolo Oasis de Esperanza en Moravia.
-¿Se le subieron los humos en algún momento?
-¿Se le subieron los humos en algún momento?
-¡Ah sí! En algún omento los egos se fueron arriba y no fue tan fuerte por que hubo gente que me tiraba la piedrita, pero parte del cambio es que ahora soy más sociable, respeto y aprecio más a las personas como son.
-¿Se enoja si le dicen panderta?
-¿Se enoja si le dicen panderta?
Creo que no me ofenden ni me enoja. Algunos amigosme lo dicen para molestarme, me dicen, "diay qué pastor", o "¡qué hay pandereta!", pero lo veo como parte del proceso. Lo importante es que hay gente que respeta las cosas de Dios, se me acerca y toman interés en la decisión que uno toma.
Debemos recordar también que durante el 2007 Tito Madrigal se vio involucrado, exactamente el 20 de mayo, con una muchachita de nombre Adriana Vargas; vecina de La Carpio y de 20 años de edad, quien adujo que Tito la golpeó en un hotel capitalino, entre avenidas 10 y 8; acción que Natalia Rodríguez le perdonó siendo novios.
Debemos recordar también que durante el 2007 Tito Madrigal se vio involucrado, exactamente el 20 de mayo, con una muchachita de nombre Adriana Vargas; vecina de La Carpio y de 20 años de edad, quien adujo que Tito la golpeó en un hotel capitalino, entre avenidas 10 y 8; acción que Natalia Rodríguez le perdonó siendo novios.

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